Se presenta un interesante escenario en estos meses de mayo y junio, en el último trimestre de la campaña de comercialización 2012/2013. Muchos frentes abiertos que inciden en el comportamiento de la oferta y la demanda en España.
Por un lado, los mercados mundiales algo relajados, están poniendo sus ojos ya en la nueva, deseada y muy esperada cosecha 2013. Si el tiempo, el clima -siempre tan analizado y observado- lo permite, todo apunta a una cosecha que nos va hacer olvidar los malos momentos vividos en las dos campañas anteriores, con un equilibrio demasiado tenso entre la oferta y la demanda.
Por otro lado, nuestro enorme y desequilibrado balance entre la oferta nacional y un estable consumo que ha mantenido su potencial a pesar de las circunstancias económicas que lo rodean. Balance que además, se mueve lleno de expectativas ante la nueva cosecha, con un primer trimestre de 2013 de escasa actividad, que no de consumo, y que aporta incertidumbre e inquietud a la oferta.
Y a ello hay que sumar nuestra campaña de comercialización, lo que mes a mes los tenedores de cereal venden a los transformadores. La campaña 2012/2013 está siendo complicada y difícil, con más demanda de producto nacional en los primeros meses, de lo que suele ser habitual en otras campañas. Esta situación ha provocado una cuidadosa gestión de las existencias en estos momentos y un final de la campaña diferente a lo que en el momento actual dibuja el mercado.
Si dejamos fuera la proteína/soja necesaria, que casi en su totalidad se importa (4 millones de toneladas) y si tampoco consideramos los subproductos que necesitamos importar (alrededor de 1 millón de toneladas), y nos centramos solamente en los cereales, sabiendo que la transformación no tiene vocación, ni espíritu, ni ganas de almacenista y que la transformación es constante y reparte su oferta mes a mes, nos queda un balance de lo más apretado para llegar a fin de campaña.
El consumo total de cereales en España, en esta campaña de comercialización 2012/2013, es de 35.2 millones de toneladas. De ellos, 26,3 millones de toneladas son para la fabricación de piensos, 1,1 millones de toneladas se consumen en Etanol, 4,4 millones de toneladas en fabricación de harinas panificables y pastas, en almidón 1,2 millones de toneladas, en maltería 0,7 millones de toneladas, y las posibles exportaciones 0,3 millones de toneladas y 1,2 millones de toneladas para semillas
Con todo, no parece que el final de la campaña 12/13 vaya a ser muy cómodo. Es verdad que el ambiente es optimista en cuanto a que la tendencia del mercado, con la vista puesta en la nueva cosecha, está corrigiendo de una manera muy contundente el ambiente alcista de los apretados balances de oferta y demanda mundial; es verdad que los fondos, sobre todo en trigo, se han retirado de manera muy contundente de los mercados de futuros; es verdad también, que los principales compradores también se están retirando de la compra, y es verdad que esta actividad está provocando una caída de las cotizaciones que realmente no se corresponden con la lectura de los balances mundiales de oferta y demanda.
En definitiva, nos quedan dos meses de campaña que pueden ser muy complejos de gestionar. Por un lado, la oferta nacional total de cereales y subproductos para estos tres meses es sólo de 2,94 millones de toneladas, para un consumo de 5,87 millones de toneladas, por lo que todavía quedan por importar 2,93 millones de toneladas.
Se presenta un interesante escenario en estos meses de mayo y junio, en el último trimestre de la campaña de comercialización 2012/2013. Muchos frentes abiertos que inciden en el comportamiento de la oferta y la demanda en España.
Por un lado, los mercados mundiales algo relajados, están poniendo sus ojos ya en la nueva, deseada y muy esperada cosecha 2013. Si el tiempo, el clima -siempre tan analizado y observado- lo permite, todo apunta a una cosecha que nos va hacer olvidar los malos momentos vividos en las dos campañas anteriores, con un equilibrio demasiado tenso entre la oferta y la demanda.
Por otro lado, nuestro enorme y desequilibrado balance entre la oferta nacional y un estable consumo que ha mantenido su potencial a pesar de las circunstancias económicas que lo rodean. Balance que además, se mueve lleno de expectativas ante la nueva cosecha, con un primer trimestre de 2013 de escasa actividad, que no de consumo, y que aporta incertidumbre e inquietud a la oferta.
Y a ello hay que sumar nuestra campaña de comercialización, lo que mes a mes los tenedores de cereal venden a los transformadores. La campaña 2012/2013 está siendo complicada y difícil, con más demanda de producto nacional en los primeros meses, de lo que suele ser habitual en otras campañas. Esta situación ha provocado una cuidadosa gestión de las existencias en estos momentos y un final de la campaña diferente a lo que en el momento actual dibuja el mercado.
Si dejamos fuera la proteína/soja necesaria, que casi en su totalidad se importa (4 millones de toneladas) y si tampoco consideramos los subproductos que necesitamos importar (alrededor de 1 millón de toneladas), y nos centramos solamente en los cereales, sabiendo que la transformación no tiene vocación, ni espíritu, ni ganas de almacenista y que la transformación es constante y reparte su oferta mes a mes, nos queda un balance de lo más apretado para llegar a fin de campaña.
El consumo total de cereales en España, en esta campaña de comercialización 2012/2013, es de 35.2 millones de toneladas. De ellos, 26,3 millones de toneladas son para la fabricación de piensos, 1,1 millones de toneladas se consumen en Etanol, 4,4 millones de toneladas en fabricación de harinas panificables y pastas, en almidón 1,2 millones de toneladas, en maltería 0,7 millones de toneladas, y las posibles exportaciones 0,3 millones de toneladas y 1,2 millones de toneladas para semillas
Con todo, no parece que el final de la campaña 12/13 vaya a ser muy cómodo. Es verdad que el ambiente es optimista en cuanto a que la tendencia del mercado, con la vista puesta en la nueva cosecha, está corrigiendo de una manera muy contundente el ambiente alcista de los apretados balances de oferta y demanda mundial; es verdad que los fondos, sobre todo en trigo, se han retirado de manera muy contundente de los mercados de futuros; es verdad también, que los principales compradores también se están retirando de la compra, y es verdad que esta actividad está provocando una caída de las cotizaciones que realmente no se corresponden con la lectura de los balances mundiales de oferta y demanda.
En definitiva, nos quedan dos meses de campaña que pueden ser muy complejos de gestionar. Por un lado, la oferta nacional total de cereales y subproductos para estos tres meses es sólo de 2,94 millones de toneladas, para un consumo de 5,87 millones de toneladas, por lo que todavía quedan por importar 2,93 millones de toneladas.